Un jardín llamado Mujeres Que Marcan. Barcelona

Cada persona tiene la capacidad de hacer florecer sus ideas y recoger sus frutos. Por supuesto que las habilidades que tenga o haya podido desarrollar, sus condiciones físicas, sensoriales, intelectuales, etc. y la historia que le constituye y de la que procede, determinan este proceso. Pero hay tres elementos que cualquiera, dentro de sus capacidades, sus circunstancias y su historia, debe tener en cuenta:
Los medios de los que dispone. Desde el dinero al conocimiento pasando por su estatus, las leyes que les amparen, etc.
La estrategia que va a desarrollar. La imposición suele ser más inmediata que el consenso, por ejemplo, aunque la última demuestre ser más duradera y sólida.
El azar, primo-hermano de las probabilidades (que ya se ha demostrado que pueden calcularse) y facilitador del instante adecuado o de la oportunidad. Este aspecto nos obliga a asumir que formamos parte de una red inconmensurable de sucesos que nos afectan. No obramos aisladamente.

Todos estos elementos hacen que el proceso de florecimiento de una idea sea lento o casi instantáneo y que sus frutos, por tanto, se recojan de manera inmediata o a largo plazo.

En mi jardín ha estallado la primavera antes de lo que preveía. Despuntan flores sobre la tierra y en las ramas de los árboles. Las contemplo, sorprendida, sabiendo que todas fueron sembradas en fechas distintas; en algunos casos la diferencia es de años. Aunque me recreo en su belleza y las cuido para que den sus frutos, lo que detiene mi paso es pensar en los procesos. Aunque todas fueron cultivadas con el miso mimo, su transformación no ha dependido sólo de mi compromiso.

De golpe una idea surge al calor de una conversación con la persona adecuada en el momento adecuado y, zas, en pocos minutos de la semilla nace un brote prometedor. Me sucedió hace unos días con Nuria Román, artista y amiga, que está desarrollando una intervención efímera y sutil en el espacio público. Horas después de nuestro encuentro ya estaba formando parte de su proyecto, que está en perfecta armonía con lo que sucede en el resto de mi jardín.

Las personas que cultivan la tierra tienen una particular relación con los procesos. Saben que no hay apego posible hacia su labor porque la naturaleza obrará según sus criterios, por mucho que faciliten su labor o intervengan en él. La complacencia siempre es posterior. Todo lo anterior es compromiso, cuidado y conocimiento. Intento contagiarme de este espíritu cuando inicio algún proyecto en compañía o en solitario. No apegarme a los resultados y objetivos. Dejar que los hechos sucedan sin dejar de propiciarlos. Estar pendiente de las necesidades del proceso para que el proyecto llegue a florecer y, posteriormente, de sus frutos.

La presentación de un evento puede parecer un fin en sí mismo pero para mí este trabajo (como todo acto que implique la comunicación de una idea o suceso) es solo la bella flor de un fruto venidero. Sucedió el año pasado, por ejemplo, con el primer Foro de Mujeres Que Marcan  (MQM) organizado en el palacio de congresos de Palma (Mallorca). Aquel evento logró reunir a cientos de mujeres para compartir experiencias en torno a la empresa, la imagen, la cultura y la conciencia, y yo formaba parte de él. Me dieron un lugar hermoso: ser la conductora de aquella jornada, es decir, jugué durante horas con la palabra, el silencio, el lenguaje corporal… con la única intención de facilitar aquel diálogo. Aquel éxito era el fruto de un trabajo colectivo en el que estábamos implicadas apenas una decena de mujeres (yo, la verdad, en menor intensidad) y sin embargo era también flor y semilla. Esta semana, precisamente el 14 de febrero (día de San Valentín), la ciudad de Barcelona acoge un segundo encuentro de MQM. El diálogo, pues, se multiplica.

Esta vez, además, tengo la suerte de moderar la mesa de diálogo en el que intervendrán mujeres con iniciativas innovadoras. Una de ellas es Patricia Luján, Fundadora y curador de @nipplemagazine y miembro de MasMujeresCreativas.com (plataforma colaborativa e independiente que promueve un cambio real en el sector publicitario), que fue una de las invitadas en aquel primer encuentro y que hoy es precisamente la anfitriona de esta cita. Su presencia hace evidente que flores y frutos forman parte de una cadena en la que es distinguir el final del origen, el fruto de la semilla. En la misma mesa estarán también Belén Marrón (directora de la Fundación Quirón y del Programa de Women2Watch.net, iniciativa para apoyar a mujeres directivas que se convertirán en consejeras), Gemma Fillol (creadora de extraordinaria.es), Charo Mora (especialista en cultura de moda y tendencias) y Sandra Grau (cofundadora de EspacioEira.wordpress.com, espacio para el cambio).

La conversación está abierta a cualquier persona que quiera asomarse al Edificio Diagonal de Barcelona, a partir de las 18h. La entrada es gratuita.