La agenda de M.R.S. podría ser la de cualquier ejecutiva o activista vinculada con el cuidado del medioambiente: decenas de llamadas y emails, contactos con diversas fuentes, atención a proyectos e iniciativas locales, nacionales e internacionales… Una agenda apretada en una jornada que tiene sólo 24 horas. Sin embargo, hace tiempo tomó una determinación consciente: desplazarse a los lugares, conocer de cerca los conflictos, abandonar el despacho y tocar tierra y piel. “Acuerparse” (palabra que irrumpió en su vida procedente de Mesoamérica) se convirtió en una forma de ponerse en coherencia con una convicción: el sentido de pertenencia al mismo mundo. Todas las personas formamos parte de la trama de la vida. Esta afirmación elimina cualquier distancia, entonces ¿por qué cultivarla? ¿por qué no estar presente en lo que sucede?.
“Las relaciones no atienden a cronogramas. El cuidado no puede ser objeto de planificación estratégica, o sí, pero de forma más amplia. El cara a cara, la transferencia que ofrece este tipo de contacto, precipita otras reflexiones, otras soluciones, otro tipo de vínculos. Un conflicto no es un expediente de denuncia, es la evidencia de que existen personas preocupadas por lo mismo, conocedoras de un ámbito/territorio en el que saben cómo moverse. Por eso me desplazo. Y en el camino, aparecen muchos maestros y maestras que me recuerdan todo lo que no sé, lo que no he pensado. Primero me dejo emocionar, me dejo afectar por lo que asisto. Lo que más me estimula es encontrar alguien que me rompa los esquemas, que no pertenezcan a mi ámbito, porque me obliga a cuestionarme también en el terreno personal. Al nutrirme a mí me encuentro argumentos que dan integridad al relato que transmito en mis publicaciones, en mis conversaciones, en mis contactos cotidianos. Ya no establezco límites entre lo privado y lo público”.
Redes de apoyo entre vecinos y vecinas, redes de apoyo entre mujeres defensoras
Por eso se rinde ante iniciativas como Suport Mutu Mallorca, una red de apoyo entre vecinas y vecinos ante el impacto de la pandemia, o la Fundación Calala, Fondo de mujeres, una fundación feminista que promueve los derechos, la participación y el empoderamiento de las mujeres en Latinoamérica, el Caribe y el Estado español. “Las honro por su apoyo a las defensoras de la tierra. Asisto a sus webinars, a sus encuentros en redes, y aprendo sobre como están viviendo en esta situación. ¡Las escucho y me siento tan cerca de ellas! Me emociona su capacidad para hacer red, la admiro y procuro aplicarla en mi hacer, en mi vida”.
En línea con esta afirmación, antes del confinamiento por el SARS CoV 2 empezaron colectivamente a construir, con personas afines y diversas una red para poner en común la vida, siguiendo el ejemplo de la Vallbona Suport Mutu. “Dedicar un sábado, por ejemplo, a cuidar el bien de un miembro de la comunidad, su terreno, compartir lo que necesito (desde un abrazo a una mano de pintura en casa o alguien para podars los árboles del huerto) y lo que puedo ofrecer, y al terminar la mañana compartir la comida. Eso es un día ganado, es una nutrición interna, que me hace sentir que lo que hago se acerca cada vez más a como entiendo la vida, y siento una coherencia profunda”.
Afirma que debemos seguir cuestionándonos permanentemente y estar dispuestos a la revisión y deconstrucción constante, , pero ahora de lo que se trata es de dar luz a lo que ya se hace de otro modo, contemplar estas iniciativas como una posibilidad que merece la pena explorar y hacer crecer. “De lo que se trata es de valorar las relaciones humanas, las pequeños detalles, darse cuenta de como viven y cómo se adueñan de sus decisiones. No dejar nuestra toma de decisiones en manos de la tecnología o del Estado sino cultivar una consciencia que cuestione y que busque otros caminos y corra riesgos. Eso es lo que tienen esos colectivos”. Si no existieran personas que frenan, resisten, crean alternativas, asumen el dolor… sería imposible la transformación que necesitamos. “Nuestro complejo entramado ya no tiene nada que ver con la vida, es muy bestia”.
La importancia de escribir «desde los adentros»
Nutrida por estos encuentros, esos ejemplos de vida, M.R.S. se afirma como ecofeminista y escribe. “Volcar estas experiencias en artículos me libera. Antes me costaba mucho definirme y ahora consigo reflexionarme y posicionarme, situarme en el mapa. Escribo como me sale del alma. Escribo desde los adentros. En cada texto siento que puedo devolver, que mi experiencia no se queda en mí. En cada frase está presente el huerto, la red de vecinas, mis dos hijas, mis discursos sobre la maternidad, la relación con mi pareja, mi crecimiento continuo… consciente de que toca partir de otros valores sobre lo que es realmente importante en la vida”.
Aunque suene paradójico (maravillosa condición humana), M.R.S sitúa su umbral precisamente en cómo acercarse a las personas que están en su propio espacio pero tienen otro nivel de preocupaciones, o a las personas migrantes, las invisibilizadas. “No sé cómo presentarme, qué decir, sin que parezca que obro por caridad. Cómo presentarme en su mundo sin sentirme intrusa”.
La flor que promueve la igualdad de género
Sitúa en el mapa a la Assemblea Antipatriarcal de Manacor porque esta plataforma ha logrado crear una red de cuidados abierta a personas de diferente edad y condición. “Por su capacidad de reacción, su preocupación ambiental y sistémica desde el feminismo radical y comprometido con el espacio que habitan, sus planteamientos claros, y porque me agrada mucho cómo lo hacen”.
Si quisieras mostrar tu gratitud a alguna entidad, iniciativa, plataforma, asociación… situada en Mallorca por su forma de cuidar el bien común, asómate a la página en facebook La mar de abrazos. Punto de Encuentro. Allí podrás plantear dónde te gustaría sembrar una flor de gratitud y por qué.
Esta iniciativa contribuye a transformar nuestra imagen del mundo. El planeta necesita ser contado de manera saludable. Cultivemos el relato de ese futuro en el que queremos habitar.
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