“La escucha atenta facilita que este planeta sea económicamente más armónico”

C.P.F. asegura que lo único que hace es intentar que la gente esté bien, sin embargo quienes la conocen consideran que su capacidad para crear armonía en los equipos en los que está presente es un bálsamo enardecedor: empuja los proyectos comunes con tanta dulzura como enérgica lucidez. Quizá esta capacidad de saber cuándo alguien se siente fuera de lugar es la que le permite acunar los deseos y proyectos que los demás ponen en sus manos y guiarlos hasta su buen fin. Se trata, quizá, de reconocer la abundancia como una oportunidad que está esperando a ser tomada. Y quizá tenga razón: se trata de hacer lo necesario con alegría, nada más, y nada menos.

“Mi función es buscar los recursos, contactos, dinero, oportunidades… necesarias para que la creatividad de mis compañeros (que están implicados y comprometidos con el cuidado del planeta) pueda hacerse realidad. Me impregno de esa energía para poder transmitirla a la sociedad y conseguir apoyo, fundamentalmente económico. Soy como una correa de transmisión. Por un lado potencio sus fortalezas e intento transformar sus debilidades o ver de qué manera podemos dejarlas aparcadas. Por otro comprendo las necesidades de los financiadores, de la Administración, y busco cómo pueden encajar. Este diálogo suele ser muy difícil porque son mundos dispares, no hablan el mismo lenguaje”. Si tuviera que definir su papel sería el de “puente”, en tanto que enlaza el entusiasmo de una parte con las necesidades de la otra.

El corsé de las convenciones económicas

Si forma parte de esta cadena no es por lo que hace, que ya es en sí un reto, sino por cómo lo hace. Su trabajo no es precisamente fácil. Normalmente los proyectos transformadores y comprometidos se ven obligados a ponerse el corsé de las convenciones económicas. El reto al que se enfrenta habitualmente C.P.F. es lograr que surja un cierto grado de entendimiento, el suficiente como para que cada iniciativa que promueve el cuidado del planeta pueda llevarse a cabo, tener su propio recorrido en los laberintos de las leyes y la economía y contar con el apoyo de la ciudadanía. Es en esta última fase donde la alegría necesita ser expresada, donde cobra sentido ese entusiasmo y donde nace el agradecimiento que le quieren expresar: su forma de llevar el cuidado al mundo de la economía.

Hacer un espacio para la celebración es uno de esos caminos, porque facilita que germine cualquier proceso vital . “Forma parte de mi trabajo coordinar a mucha gente, crear saraos y festejos es clave porque suele confirmar que la transmisión se ha hecho bien, que ha generado interés en ese metabolismo extraño que es la economía”.

Si la economía incorporara la escucha atenta, si permitiera que la alegría se sentara en los despachos, si la pasión se atreviera a mirar a los ojos al dinero… ¿Cómo llega una persona a hacer estas sumas aparentemente imposibles?

Que nuestras decisiones sean favorables para todos los seres de la trama de la vida

“Hace más de 15 años que tuve claro que dedicaría mis neuronas, conocimientos, pasión, compromiso, al sector asociativo y no lucrativo, al no profit. Estudié derecho, de modo que tengo gran sentido de lo que es la justicia social, y me especialicé en medioambiente”. Por una suma de azares terminó regresando a Mallorca y trabajando con el GOB, “una entidad no lucrativa de referencia en el sector ambiental en la que logro enlazar mi compromiso con la naturaleza y la justicia social. Sus valores son los que practico también en mi vida cotidiana. Estoy convencida que tenemos que preservar todo lo que nos ofrece la naturaleza, los recursos, satisfacciones, emociones… y comprometernos con el legado que dejamos a la comunidad. No se trata más que hacer lo que está bien: intentar que nuestras decisiones sean favorables para todos los seres que formamos parte de la trama de la vida”.

En ese recorrido ha ido añadiendo sumas diversas, como el Movimiento Feminista de Mallorca, una iniciativa a la que se vincula desde el ecofeminismo. “Es un colectivo de colectivos. Al formar parte de él de manea activa afirmo mi compromiso de poner la vida en el centro. Para mí ha sido una bocanada de aire fresco y me está aportando muchísimo”. Pero el lugar en el mapa donde sitúa la flor es en otra iniciativa, capaz de moverle las entrañas: Memòria de Mallorca (Associació per a la Recuperació de la Memòria Històrica de Mallorca) porque ponen luz y foco en el olvido de las víctimas de la represión franquista, poco a poco están convirtiendo ese silencio en clamor, porque es necesario que se repare esa injusticia tan grande cometida contra los que lucharon por un futuro mejor. Se me revuelven las tripas pensando en los muertos en las cunetas. Su labor de abrir fosas e investigar en la memoria colectiva para reparar este daño me parece fabuloso. Deseo colaborar”.

Egoísmo, depredación e individualismo

C.P.F. querría cruzar el umbral del egoísmo, la depredación y el individualismo para pensar colectivamente y actuar en común. Cree que en realidad solamente hace falta que cada persona se pregunte cómo contribuir a que su impacto en el planeta sea lo más positivo posible y actuar en consecuencia. En su condición de “puente”, enlaza propuestas saludables como tener energías limpias y renovables, comprar ecológico, cultivar un huerto… con atender a los vínculos con las personas de forma ecosistémica “trabajar con niños o con mujeres practicando un cuidado que apele a todas las manifestaciones de la vida, a la vida en su diversidad”.

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Si quisieras mostrar tu gratitud a alguna entidad, iniciativa, plataforma, asociación… situada en Mallorca por su forma de cuidar el bien común, asómate a la página en facebook La mar de abrazos. Punto de Encuentro.. Allí podrás plantear dónde te gustaría sembrar una flor de gratitud y por qué.

Esta iniciativa contribuye a transformar nuestra imagen del mundo. El planeta necesita ser contado de manera saludable. Cultivemos el relato de ese futuro en el que queremos habitar.

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