“Cultura viene de Cultivar, por eso ¡rescatemos nuestras semillas y sembremos conocimiento!”

“El activismo desinteresado dentro de la cultura es más valioso de lo que imaginamos”. B.D.B sabe por experiencia, formación y trayectoria profesional que las asociaciones de vecinos, las redes de afines, las organizaciones sin ánimo de lucro, los grupos de amigos… en definitiva, el tercer sector, “son los que generosamente mantienen vivos aspectos de la cultura que habrían desaparecido”.

“El folclore y la música tradicional se mantienen en pie gracias a iniciativas apasionadas como los Amics de la Música, la Comisión de Órganos Históricos, los Amics de l’Òpera… Su labor es imprescindible, piden programas nuevos, se ponen en contacto con los medios, negocian con la Administración… Por ejemplo, cofradías como las de las fiestas de Sant Antoni, se mueven todo el año para mantener viva una fiesta cultural arraigada en la cultura de la isla. Se trata de un activismo desinteresado. La música tradicional habría desparecido en un 80-90 % si no existiera el Tercer Sector en la cultura, por eso me emociona cuando pienso en estos agentes. No reciben tanto reconocimiento como los institucionales o aquellos que promueven la cultura a cambio de dinero, por eso quiero presentarles mis respetos”.

Cuidar un tesoro

En coherencia con esta emoción, B.D.B. forma parte de varias iniciativas de este tipo, entre otras, de l’Associació d’Amics de la Institució Alcover. “Me di cuenta de que estaban recogiendo un tesoro y que no lo hacían por interés sino porque eran conscientes de que existía un patrimonio cultural, un bien común que no podía perderse”. Los miembros de la asociación se organizan de manera voluntaria para diseñar actividades que den a conocer aspectos poco conocidos del escritor, lingüista y folclorista Antoni M. Alcover, promueven talleres vinculados con la música popular, reúnen a contadores de historias orales y los vinculan con las personas más mayores de la localidad para recuperar la memoria oral, organizan encuentros con cine y cena… Lo hacen de manera apasionada, “es decir, lejos de la rigidez de los actos institucionales, con la intención de visibilizar la faceta más relajada de Alcover y seguir manteniendo vivas las rondallas mallorquinas”. Por todas estas razones, B.D.B. sitúa la flor del agradecimiento a los pies de esta entidad.

La pasión de B.D.B. se asienta en el conocimiento. Tras años de investigación en torno a la música y la tradición oral en Baleares y prestar atención a cómo ha ido evolucionando esta música generación tras generación comprende la ascendencia de estas asociaciones en la vida de la comunidad. “Ha sido un proceso”, que también ha moldeado su propio paso por este planeta. Seguir el rastro de la cultura popular a lo largo del tiempo le ha permitido entender cómo las asociaciones culturales han contribuido al cambio del rol femenino en la isla, han mantenido vivo el prestigio de la memoria oral, han sido parte activa en las transformaciones de los espacios físicos…  

¡Se nos han olvidado tantas cosas!

“Por ejemplo, que cultura viene de cultivar la tierra, de sembrar. Esta perspectiva nos vincula de un modo más armónico con el conocimiento. Se nos ha olvidado que la música aglutina, facilita la participación, crea vínculos y también identidad, al tiempo que promueve la celebración. La música popular teje complicidades que son importantes para crear sinergias democráticas, porque expresan en sí mismas unos modos de participación activa, no piramidal, con raíces muy profundas en la sociedad local. La cultura es tan elemental como el acto de arar el campo, nos da nuevas herramientas para la vida, avanza en cada cosa que descubrimos, está viva. Es un alimento básico”.

Pero no sólo se trata de cultivar una emoción de pertenencia. La cultura cura. Esta podría ser la afirmación. Se enmarca en un concepto presente en la etnomusicología moderna y que B.D.B. ha utilizado como marco en sus investigaciones: la Community Music. Se trata de un concepto que saca la música de las situaciones formales de enseñanza y aprendizaje y lo lleva a la calle. “Me ha permitido constatar cómo los proyectos musicales son el vehículo que crea comunidad en barrios marginales, entre personas con problemas económicos, en centros terapéuticos… gracias a las alianzas de asociaciones sin ánimo de lucro vinculadas con la cultura popular con grupos sanitarios, facilitadores, vecinas y vecinos, etc”. 

La música, un proceso colectivo que es capaz de atravesar el Mediterráneo

La música como un proceso en el que participan asociaciones de vecinos, centros culturales, ancianas y ancianos que siguen bailando danzas tradicionales en las fiestas populares, intérpretes de instrumentos musicales… Un proceso colectivo que es capaz de atravesar el Mediterráneo “y enlazar Palestina y Mallorca, por ejemplo, porque hace más de 2000 años que compartimos un ADN cultural, rituales, creencias, lazos antropológicos, porque el mar no sólo ha creado vínculos económicos, porque con la economía también venía el intercambio de creencias, modos de ver la vida, mitos, leyendas… y terminamos teniendo un imaginario compartido”. Un proceso en el que personas como B.D.B. se implican por una sencilla razón: porque el corazón les baila.

““Mantener el patrimonio inmaterial de un lugar es siempre una riqueza, lo mires como lo mires, riqueza humana, cultural y también te hace valioso. Es educativo, te acerca a recursos a los que no puedes acceder en primera instancia, mantienes viva la historia, te permite ampliar tus horizontes personales, te hace sentir que formas parte de una comunidad de manera inmediata, es una dimensión del placer pues te genera satisfacciones íntimas…  y no te obliga a nada”. 

Naturaleza y cultura están enlazadas

Ante la pregunta de cuál sería el umbral que le gustaría que cruzáramos como sociedad B.D.B. abre aún más la mirada: “Querría cruzar el umbral del respeto a la naturaleza. Porque es extremadamente necesario. Naturaleza y cultura están enlazadas porque la creación cultural ha estado ligada originalmente a este estado de consciencia primaria. Tenemos que volver a ella, enlazar la cultura con la vivencia de nuestro cuerpo, con la vivencia de la tierra, con la experiencia directa de la vida”.

Si quisieras mostrar tu gratitud a alguna entidad, iniciativa, plataforma, asociación… situada en Mallorca por su forma de cuidar el bien común, asómate a la página en facebook La mar de abrazos. Punto de Encuentro. Allí podrás plantear dónde te gustaría sembrar una flor de gratitud y por qué.

Esta iniciativa contribuye a transformar nuestra imagen del mundo. El planeta necesita ser contado de manera saludable. Cultivemos el relato de ese futuro en el que queremos habitar. 

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