La tentación de irse, de dejarlo por algo más ligero, por cambiar de aires y conocer otros mundos, está ahí, mirándote a los ojos, mostrando su lado más amable y sencillo, esperando a que bajes la guardia. Y, claro, no suena a mentira, ni siquiera a mal plan. Por eso un día deja de acecharte y se muestra ante ti con el aspecto de buena oferta de trabajo, bien remunerada, y reconoces que eres quebrantable, que podrías reinventarte, que tienes todo el derecho del mundo a querer vivir de manera más cómoda. Sin embargo tus pies no te obedecen, las manos permanecen en tus bolsillos, como si buscaran un caramelo olvidado. La mente empuja tu cuerpo sin éxito, simplemente porque una de tus voces ha susurrado lo preciso: “No quites cabezas a un mundo que es pequeño. Esfuérzate por sacar provecho de todo lo que has aprendido para organizaros colectivamente, para que otras organizaciones no se queden atrás, para intentar hacerlo mejor. No todo es ocio.”
Y así fue como, sin darse cuenta, simplemente aceptando que la tentación siempre estará dispuesta a mostrarle su mejor rostro, A. C. afianzó su camino hacia la felicidad.
– “La felicidad sucede cuando lo que dices, lo que piensas y lo que haces está en armonía. Ya, ya sé, es el summum de la coherencia, pero un buen espejo donde mirarse. ¿No te parece?”
Cuando hacer, decir y pensar están en armonía
Lo que parece es que lo que dice, piensa y hace A.C., logran coexistir en armonía en su vida el tiempo suficiente como para que su paso por este planeta goce de una absoluta coherencia. Aún así, sencillamente por constatar que la felicidad está cerca, merece la pena observar lo que dice, piensa y hace A.C.
“Lo que hace”: fundamentalmente es acudir a los centros educativos de Son Gotleu y el Polígono de Llevant (los barrios con menor renta per cápita de Mallorca) y atender a las familias que necesitan recibir apoyo con becas para comedor y material escolar. Con este fin, a través de Ayuda en Acción Baleares, la entidad para la que trabaja, organiza o potencia proyectos que fortalezcan su situación, como por ejemplo Mujeres en acción en Son Gotleu. “Sus relaciones en el ámbito comunitario eran escasas y hemos conseguido conectarlas, escucharlas, facilitar que se organizaran contra la xenofobia y racismo, asesorarlas en la búsqueda de empleo, e incluso que realizaran excursiones, actividades al aire libre y ejercicio físico. Es decir, potencia su empoderamiento y favorece la creación de redes de apoyo mutuo, trabajo colectivo e iniciativas de emprendimiento”.
Por otra parte, “lo que hace” está determinado claramente con el cómo lo hace: cultivando las sinergias, colaborando en iniciativas con Ingenieros sin Fronteras, el Centro de Salud de Son Gotleu, Joven (cooperativa de jóvenes) o la Granja Escola Jovent, entre otras.
En busca de una transformación social positiva
Bien apuntalado este principio, ¿hasta qué punto entra en coherencia con “lo que piensa»?. “Creo que el tercer sector (el de las ONGs) es uno de los ámbitos que genera una transformación social positiva, pero creo que existen otros ámbitos dede el que podemos crear un impacto en el bien común. Existen servicios públicos, empresas, asociaciones culturales, personas que de forma individual dejan pagado un café a una persona sin recursos en un bar comprometido, con inquietudes de base compartidas con las que podemos ampliar horizontes y celebrar el camino”. Es precisamente eso, la posibilidad de organizarse tanto en la calle como internamente de otro modo, lo que motiva a A.C. a emprender el camino hacia la felicidad.
“Percibo nuevas maneras de hacer que ya estábamos haciendo y que poco a poco van cobrando fuerza, alineadas con las prácticas que ya son realidad en Latinoamérica. En el último año tuve la oportunidad de viajar a Nicaragua. Es fascinante conocer los millones de espacios encuentro y coordinación y constatar que tanto de las instituciones como las personas viven esa forma de organizarse de forma natural, a pesar de su vulnerabilidad, de no tener recursos, de su bajo nivel formativo… Sin embargo allí están sus consejos de jóvenes, por ejemplo, su forma de tejer redes, que es casi una cuestión cultural. En cambio aquí se trabaja con núcleos pequeñitos o por sectores (el académico, el empresarial…), es necesario romper estas barreras”. Se trata de reconocer que existen comunidades en diferentes barrios, en la península, en otros países, que comparten dificultades parecidas y que pueden crear sinergias y que las organizaciones, entidades e instituciones pueden centralizar esfuerzos con el único objetivo de alcanzar fines comunes. Ahora, por ejemplo, la comunidad docente está más interconectada que nunca, ese puede ser un magnífico punto de partida. “Si de verdad fuéramos uno, si trabajáramos conjuntamente y construyéramos de la mano, si recuperáramos esa sensación de comunidad que salió a la luz a raíz de la crisis del 2008…”
Mucho hecho, mucho por hacer
¿Qué? ¿Qué pasaría? Ha llegado la hora de conocer «lo que A.C. dice”: “Mucho hecho, mucho por hacer. Es uno de los lemas de Ayuda en Acción que me resuenan. Es importante reconocer todo el trabajo que se lleva a cabo desde el mundo social, pero no es suficiente en muchos sentidos. Unas veces por la falta de recursos, otros por la calidad de los mismos o simplemente porque la cooperación necesita evolucionar. Queda mucho por hacer es un hecho innegable y no hay que estancarse en lo hecho, en la satisfacción. Por eso digo bien en alto ¡Sal de tu zona de confort y te darás cuenta que queda mucho por hacer!”.
“Por su apoyo a los centros educativos públicos y labor de educación con las personas de menos recursos, por crear futuro para la infancia y la adolescencia desde el ámbito de la educación pública, porque me ha permitido formar parte de ese camino, sitúo mi flor de agradecimiento en la sede que Ayuda en Acción abrió en Palma en el año 2013”.
A raíz de de la crisis económica del 2008 y sus consecuencias, Ayuda en acción empezó a trabajar en España. Hasta entonces centraba sus energías en países de América Latina y África subsahariana, fundamentalmente, pero las socias y socios de la organización solicitaron que una parte de los fondos de cooperación al desarrollo sirvieran también para subsanar las desigualdades en España, desde ese momento se convirtió en uno más de los 20 países en los que trabajan.
Crucemos la barrera de la empatía y el reconocimiento mutuo
Esta decisión está en consonancia con el umbral que A.C. querría que cruzaran los habitantes de este planeta: “la barrera de la empatía y el reconocimiento mutuo. Más allá de los derechos y los estándares de vida que queremos defender, tener la empatía a flor de piel nos permitiría entender que vivimos en un mundo plural, nos relacionaríamos de manera respetuosa con nuestro entorno. Si nos diéramos cuenta que hay algo más allá de lo que conocemos y sentimos, si no rechazáramos lo nuevo, si lo aceptáramos para entenderlo, nos abriríamos a un aprendizaje necesario. Tomamos aviones para conocer otros mundos y sin embargo mostramos un enorme desinterés por nuestro vecino desconocido”.
A pesar de la coherencia del hacer, el decir y el pensar, A.C. asegura que experimenta muchas contradicciones cada día, aunque quizás esa sea gracia, entender que la felicidad sea un camino y no una meta. Por eso esos tres aspectos de la existencia juegan entre ellas al escondite y hacen el camino más creativo.
Tú también puedes formar parte de este camino
Si quisieras mostrar tu gratitud a alguna entidad, iniciativa, plataforma, asociación… situada en Mallorca por su forma de cuidar el bien común, asómate a la página en facebook La mar de abrazos. Punto de Encuentro. Allí podrás plantear dónde te gustaría sembrar una flor de gratitud y por qué.
Esta iniciativa contribuye a transformar nuestra imagen del mundo. El planeta necesita ser contado de manera saludable. Cultivemos el relato de ese futuro en el que queremos habitar.
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