Ni el otoño que dibujan es gris, ni esa isla es azul, ni Son Gotleu es un foco de infección

Digo: “rodeada de azul y hay flores que brotan en otoño e incluso en invierno, cuando nadie las espera” y me lanzo a la observación con voluntad científica. El azul que me rodea no existe. El mar azul que veo es agua transparente. Esa isla azul que se dibuja en el horizonte guarda todo el arcoíris en su interior. Mi piel es azul para quien me otee en el horizonte. Mis heridas, pecas, lunares y arrugas son parte de una mota azul en el horizonte para la tripulación de aquel mercante. Concluyo: el azul está relacionado con la distancia.

Abandono el horizonte. “Lo visible y mesurable no cuentan toda la verdad”, murmuro. Mi corazón se empeña en hablar de flores. “La Mar de Abrazos alcanzará su flor número 30 esta semana”, insiste. 

Envuelta en un mar que cambia de tono, de intensidad y textura constantemente, cualquier asunto en el que fije la atención también se llenará de otros matices. El GoOn enlaza Sicilia con Cerdeña, serán más de 30 horas de navegación, muchas de ellas sin ver tierra, puro mar. Quiero elegir mis monólogos. Las argumentaciones y contraargumentaciones, los debates que nutren el miedo y multiplican la incertidumbre, quedan a un lado porque son y no son ciertas.

Sin embargo, antes de zarpar llegó al GoOn la noticia de que el barrio de Son Gotleu (junto al que vivo cuando estoy en tierra) se ha situado en esta semana en la cabeza de un ranking de afectados por un virus que ya empieza a caerme en gracia porque demuestra escrupulosamente que nuestro sistema está desnudo. Y no puedo evitar prestarle atención, consciente como soy de que nuestros pensamientos moldean las realidades, contemplo esta brizna de historia terrestre. No hay nada minúsculo ni mayúsculo para quien quiere escuchar el rumor de fondo.

El color es una cuestión de confianza (la distancia)

Este virus nos pone ante un espejo, individualmente y como colectivo. ¡A ver cómo hacemos ahora para seguir negando lo evidente!: que las desigualdades sociales y económicas determinan nuestra salud, que el sistema inmunológico se ve afectado por factores emocionales, estilos de vida y creencias, que somos nuestros vínculos, que así como percibimos el mundo damos forma a nuestras relaciones y comportamientos, con todas sus leyes.

¿Desde qué lugar queremos atenderle? ¿Desde la desconfianza? He leído sobre las decisiones del gobierno local y las medidas de orden público que podrían aplicarse sobre las personas enfermas que osen salir a la calle (¿quién saldría con fiebre, cansancio, dificultad para respirar?, ¿para qué?) y me doy cuenta de hasta qué punto creemos que el infierno son los otros y que en las situaciones de crisis se hace evidente que necesitamos cambiar nuestra forma de percibir el mundo. De nada valen que las personas con poder tengan objetivos sociales si no han cambiado su punto de partida. Si siguen vibrando en el enfrentamiento, en el mundo de los amigos y enemigos, en el paternalismo, en creer que el poder les hace más sabios por ciencia infusa, en la desconfianza… las decisiones que tomarán serán siempre coercitivas. Toca aprehender el poder desde otro lugar, que la acción nos lleve a eliminar ese trono invisible en el que asentamos a quienes toman las decisiones, porque toda persona que lo ocupe tendrá la oportunidad de ser tirano.

Aquí, ahora, al caer la tarde en un horizonte redondo, tomo la decisión de centrar mi atención, poner luz, en otro orden del mundo, en un lugar que existe y no existe, en esa Mallorca que va surgiendo en el mapa de La Mar de Abrazos. Sus flores crecen allí donde un grupo de personas se reúnen para cuidar el bien común. Aunque no nacieron para formar parte de ningún ranking, quiero exponer una constatación: uno de los territorios más fértiles es Son Gotleu. Puedes verlo por ti mismo/a pinchando aquí: #LaMarDeAbrazos

Donde unos dicen «¡ES gris!» otros cultivan un jardín

El barrio de Palma que podría convertirse oficialmente en guetto, allí donde la incertidumbre se transforma en hambre, racismo y ahora enfermedades, es precisamente la zona en el que más se multiplican estas flores. Ellas señalan la existencia de personas organizadas para hacer este planeta más amable, equilibrado, saludable y alegre. ¿A qué distancia se ha de observar Son Gotleu para que se perciba como un barrio gris oscuro casi negro? ¿Es azul esa isla que veo a decenas de millas  por proa?   

Ese gris oscuro casi negro con el que se empieza a señalar Son Gotleu está relacionado con la distancia. Cuanto más lejos esté de su realidad el observador, más  atormentado percibirá el barrio. Del mismo modo que mi piel adquiere todos los matices en los aterciopelados ojos de mi amante, Son Gotleu se vuelve jardín de gratitud en las distancias cortas. El Mapa de #LaMarDeAbrazos se basa en la forma amante de medir el mundo.

Ese otro orden del mundo que ya existe

Dicen que las plantas se comunican entre sí bajo tierra, que a través de sus raíces se avisan de la plaga que se acerca y comparten nutrientes, es decir, soluciones. No sé si en la urgencia de resolver los conflictos, los colectivos señalados en el mapa de #LaMarDeAbrazos enlazan recursos, medios, etc. Por ejemplo, no sé si el comedor social Tardor, que necesita apoyo para seguir dando de comer a 8000 personas (¿no es un milagro que sigan multiplicando panes y peces?) comparte estrategias con la asociación de vecinos CaNamunt, que está organizando un rebost solidari para obtener alimentos con los que saciar a las familias y personas más vulnerables del barrio, pero sí sé que el reconocimiento mutuo existe.

El hecho de que las flores se multipliquen en Son Gotleu habla del reconocimiento desde la gratitud, es decir, desde la co-implicación, y esto es revolucionario porque cambia el lugar desde el que se toman las decisiones. En la co-implicación se suman dos factores: la certeza de que todo está interconectado y la compasión. La interconectividad radical hace evidente que esto no es una batalla entre buenos y malos, entre enmascarillados y no enmascarillados, entre ciencia y espiritualidad. Estamos tan entretejidos en el entramado de la vida que incluso nuestros actos más mínimos tienen repercusiones que se propagan más allá de nuestro campo de visión. Pero esta certeza no es suficiente, necesita de la compasión, que deshace el miedo y concretamente el miedo al sufrimiento.

Los amantes se llevan bien con lo horizontal  

Del mismo modo que sé que cooperar está en nuestros genes, en nuestra sangre y huesos y que necesitamos recuperar esa memoria, también sé que amar es invisible y que los actos de amor no, que no es la urgencia la que debe guiar nuestros pasos sino la certeza de formar parte de un giro que exige coraje moral y físico y que estamos aprendiendo a organizarnos de otro modo. El tiempo de las teorías se está quedando atrás a pasos agigantados, es la hora de actuar sabiendo que nada es una lucha. 

Creo que no sé nada más. De ahí mi condición de jardinera. No intervengo en el orden del jardín de #LaMarDeAbrazos, por el contrario, me sorprendo, aprendo y asombro ante cada flor, de ahí que vaya con la regadera y el azadón de acá para allá, :-). Cada semana este mapa me sitúa en un planeta más abundante y diverso desde ese pequeño rincón que es una isla.  

El día que di el primer paso y llamé a dos personas para agradecerles su implicación con el bien común no imaginaba que me estaba «matriculando» en una particular vía de conocimiento. Simplemente sugerí a aquellas dos personas que eligieran a otras dos. Estas eligirían a otras tantas… Con cada flor que sembraban me regalaban una afirmación. Las he compartido en redes, en este blog, en en el mapa, de ellas me nutro. Aquí os las muestro hoy, enlazadas. Son las primeras de un jardín que seguirá creciendo este otoño, este invierno, la próxima primavera…

Mirad qué orden del mundo van dibujando. Decidme si no reconocéis en él el ancestral canto de la tierra:

La tierra canta, estas son sus voces

“El principal ingrediente que calma el hambre es el amor”.

“La coherencia te regala una profunda tranquilidad”.

“Cuando hago la compra para una vecina gano un contacto humano y una comunidad que necesitaba en mi vida”.

“La escucha atenta facilita que este planeta sea económicamente más armónico”.

“El amor entiende el lenguaje del cuerpo y con él conversa”.

“La educación es un acompañamiento en el que todxs aprendemos de todxs”.

“Nunca te avergüences de ser pobre; tu no eres el problema, es la sociedad”.

“Si algo no te llega al corazón no pierdas tu tiempo ni el de la persona que tienes delante”.

“El compromiso te enseña cómo hacer lo que parece imposible”.

“Los derechos sólo se mantienen vivos si los defiendes”.

“El arte forma parte del cuidado de nuestro entorno porque el artista mira con amor”.

“El futuro será adaptativo o no será; el cuidado mutuo es la única salida”.

“El arte cura”.

“La escucha activa y la empatía palian la verdadera pandemia del siglo XXI: la soledad”.

“Consumimos de la naturaleza, de la creatividad, del amor y de la cercanía, para crear salud y repartir vida”.

«Se trata de cuidar el planeta, cuidarnos mútuamente, acompañarnos”.

“La música puede transformar nuestra forma de organizarnos”.

“Cuando pones el corazón en juego, la idea que lideras gana en potencia y arraiga”.

“Cuanto más damos, más recibimos de la vida”.

“Cultura viene de Cultivar, por eso ¡rescatemos nuestras semillas y sembremos conocimiento!”.

“Sería revolucionario que la Administración se relacionara de manera más fraternal y amigable”.

«El aleteo las mujeres de un pueblo, bien organizadas, puede crear un terremoto en China”.

“Si  un aprendizaje  entra desde la  emoción se queda para siempre”.

“No hablemos tanto, ese podría ser un buen legado para la sociedad europea”.

“Igualdad y circ social, así de claro (Una nariz roja puede cambiar el mundo)”.

“¡Claro que es posible la espiritualidad en la prisión!”.

“Cuidar un olivo centenario es formar parte de una relación de cuidado, interdependencia y compromiso”.

“La felicidad sucede cuando lo que dices, lo que piensas y lo que haces está en armonía”.

“Nacimos para ser alegres y no nos damos cuenta”.

 

Me declaro habitante de este mapa. Qué honor ser su jardinera.

Gracias