El lenguaje es poderoso. Con él creamos vínculos, nos presentamos al mundo, honramos la belleza, alcanzamos conocimiento, lo legamos, trascendemos nuestros límites, creamos nuevos universos. Cada palabra que existe en este planeta procede de la experiencia compartida, su línea de vida está hecha de millones de relaciones y matices, son los ladrillos de una invisible e intangible torre de sabiduría. M.A.F. ama el lenguaje y concretamente aquel en el que ha aprendido a contemplar la vida. Valora cada adjetivo, cada verbo y sustantivo y las increíbles combinaciones con las que logran describir la existencia y toda la sabiduría que un idioma es capaz de sostener, un intangible que no caba en ninguna actividad contable, simplemente porque no hay números capaces de expresar su valor. Esa pasión está presente en su vida desde el momento en el que decidió estudiar filología catalana.
“Supe que mi lugar en esta sociedad sería defender el catalán. Aunque la docencia me agradaba mucho lo que me importaba era defender la lengua porque sabía que con ello defendía también la cultura, la historia, la nación, la identidad de esta comunidad lingüística, de este pueblo, para que adquiriera más autoestima y pusiera en valor lo que es y tiene. Esto se convirtió enseguida en un camino que me ha permitido trabajar por la cohesión social, la dignidad de todas, el restablecimiento de los derechos y libertades. Siempre he dicho que me agradaría que hubiera igualdad de derechos de las comunidades lingüísticas de Europa, que las lenguas propias sean oficiales dentro de su casa y que, por tanto, las personas que viven y trabajan en esta comunidad tuvieran la obligación de conocerlas”.
¿Cómo se cuida un intangible?
¿Cómo ponerse al frente de verbos, sustantivos y adjetivos? ¿Cómo cuidar la memoria e identidad de generaciones?
M.A.F. rescata, para empezar, la importancia de la asertividad. “Cuando tienes las ideas claras el inconsciente te abre puertas. No me he dado cuenta de esto hasta que no he echado la vista atrás, que “es bueno a veces”, como dice la canción” y, a continuación, superar el miedo. “En el camino ha habido momentos en los que me he preguntado qué me estaba pasando. Descubría que tenía miedo y me decía, “¡fuera miedos!”, y ese día salía con otro coraje y tiraba delante. Me ha pasado más de una, dos y tres veces. Las he superado a base de mucha reflexión y de mucha acumulación de coraje. El coraje se puede acumular, como si fuera una batería. Durante los años de lucha sindical desde el STEI, en defensa de las condiciones laborales del profesorado, la calidad de la enseñanza pública y la lengua, cultura y nación catalana, a veces me despertaba por la noche y pensaba ‘no, no tengas miedo, todo irá bien’. Otras he puesto un papel en la pared que tengo frente a mi mesa de trabajo y lo he llenado de palabras alentadoras, para que me guiasen en el camino. O me he propuesto tener un pensamiento lúcido, o le he pedido a mi inconsciente ‘inconsciente dame una jugada magistral’, y me he ido a la cama y al día siguiente sabía lo que tenía que hacer. Así es como se acumula el coraje”.
El compromiso con el bien común, pues, se convirtió en un camino de crecimiento personal en el que aprendió el valor de la constancia (que ha de se mucha si se desea alcanzar alguna meta) e incluso a gestionar el estrés. “Para aguantar las envestidas que llegaban un día tras otro era necesario un particular entrenamiento. Procuraba dormir, descansar, gestionaba mi tiempo. En los momentos más difíciles me levantaba a las cinco y media de la mañana, porque las horas de silencio que distaban hasta las nueve eran imprescindibles para planificar, organizar, pensar, estructurar, preparar la estrategia, en fin, todo lo que necesitas para llevar adelante una seria de acciones en colectividad; porque no iba yo sola sino con mi grupo, con la gente que yo coordinaba. Prioricé. No dediqué más tiempo que el imprescindible para la casa, aunque no olvidé nunca a la familia (hijos/as, padre y madre, etc). Y recordé las palabras de mis maestros/as: ‘Cada día con renovado entusiasmo’, nos decía don Jaume Albertí ‘¡Somos una familia trabajadora, somos una familia trabajadora!’ exclamaba mi madre tras tocar el timbre para despertarnos. Su legado sigue resonando en mi corazón, dentro de mi cuerpo”.
No es rebeldía, es coherencia
M.A.F. ha ido encontrando en cada momento el lugar desde el que hacer de este mundo un planeta más equilibrado, equitativo y justo a través de la defensa de la lengua. Ante las nuevas realidades hoy tiene la necesidad de poner orden. “Necesito mucho orden en casa para poder pensar, necesito tener las cosas de mi entorno ordenadas y socialmente veo muchas cosas que no están en su lugar. Es necesario eliminar la injusticia, es necesario abrir espacios de vida y crecimiento saludable para las personas, para las culturas, para la identidad de cada uno. Todo eso se ha de hacer con respeto entre los pueblos, para crear paz entre todos y bienestar, para crear comprensión, para trabajar la cohesión social,. No hemos de hacer grupos separados, los que hablan catalán por aquí, los que hablan castellano por allá, porque todos tenemos cosas para enriquecernos unos a otros, pero en igualdad, no unos sometiendo a los otros. Y creo que es importante. Es una de esas tantas luchas legítimas que se han de trabajar desde la reivindicación colectiva y desde el trabajo personal. En estos momentos aseguro que es necesario llevar a cabo un trabajo personal, decirnos “yo soy así, yo puedo…” y desde ahí formar parte de una reivindicación colectiva que no va contra nadie. Estoy en este punto, convencida de que esta reivindicación ha de ser asumida por quienes representan a nivel político a la comunidad y por la comunidad en sí”.
Reconoció esta voz interior, que le va indicando cuál es el camino, desde muy joven. Aquella que no estuvo de acuerdo con la pena de muerte hoy sigue queriendo participar de las decisiones que se toman, en su entorno, en la vida social… aunque eso suponga, muchas veces, ser cuestionada por sus círculos más cercanos. “Nunca he considerado todo lo que se me dice sin pasarlo por un filtro personal. Cuando siento que algo no me resuena interiormente, que no me va, digo no, a quien sea. Y en cambio hay discursos que en cuanto los oigo veo que me resuenan y los acojo. A veces las personas me han considerado rebelde. Yo simplemente creo que es honestidad y coherencia”.
Una flor donde brotaron lazos (per la llengua)
M.A.F. sitúa su flor en el Puig de Randa, en Cura, para recordar el compromiso de Enllaçats per la llengua. Empezaron con la defensa del llaç quadribarrat, de la mano de un profesor de instituto, Miquel Albero, que por desgracia murió hace unos años. “Cuando Bauzá reprimió el símbolo de la lengua catalana durante su legislatura 2011/15 hicimos una convocatoria para encontrarnos en Cura. Escribí el manifiesto que iba a leer allí, pedí 30 persones y preparé 30 bancos para una meditación silenciosa y vinieron 300!. Desde allí, con Magda González, hicimos una llamada para que el lazo de Enllaçats se distribuyera por todo el territorio, que aparecieran en balcones y ventanas de todos los países catalanes, más allá de las islas, por el principat de Catalunya y el país Valencià. Fue increíble, hubo una gran explosión de lazos quadribarrats. Fue el principio de una larga lucha que aún sigue en pie”
Con esta energía, cuando M.A.F. se plantea qué umbral querría que la humanidad atravesara, responde con un collar de deseos:
“Me agradaría atravesar el umbral del reconocimiento mutuo, del trabajo compartido desde el respeto y a partir de ahí llevar estas reivindicaciones a un nivel más alto. También me gustaría atravesar el umbral de la continuidad y el crecimiento de la tarea hecha, para que este trabajo pueda crecer y extenderse a un acompañamiento. De tal manera que todo el camino recorrido vaya más allá de donde yo puedo ir. También, a título individual, deseo que cada ser humano pueda tomar conciencia de esta fuerza interior y así tener una nueva mirada sobre el mundo. Está bien comenzar de nuevo, pero después de una buena poda, para que los frutos renazcan con más fuerza. Me gustaría renacer con fuerza en la defensa de la lengua incorporando la óptica de las mujeres, el conocimiento de la psicología (que está haciendo una aportación muy importante en el crecimiento de estas comunidades lingüísticas) y las aportaciones de nuevas personas, nuevas miradas y nuevas complicidades. Así será posible abrir una nueva puerta y ver un horizonte nuevo y luminoso”.
Cómo abrir una puerta en el horizonte
Si quisieras mostrar tu gratitud a alguna entidad, iniciativa, plataforma, asociación… situada en Mallorca por su forma de cuidar el bien común, asómate a la página en facebook La mar de abrazos. Punto de Encuentro. Allí podrás plantear dónde te gustaría sembrar una flor de gratitud y por qué.
Esta iniciativa contribuye a transformar nuestra imagen del mundo. El planeta necesita ser contado de manera saludable. Cultivemos el relato de ese futuro en el que queremos habitar.
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